Cada día nos despertamos con anuncios en los medios de comunicación de esta índole sexista. La mujer y el hombre como objeto cada vez es más común y requisito "fundamental" en numerosas ocasiones para encontrar trabajo.
Hay estudios que muestran que una persona guap@ y delgad@ tiene más probabilidad de encontrar trabajo y que su remuneración económica es mayor.
Por desgracia, la imagen cada vez adquiere mayor importancia en todos los rangos sociolaborales y económicos. Así las mujeres tienen un cuerpo más similar al hombre y ellos una imagen más femenina.
Pero no todo es lo que parece. Cada día nos encontramos en la asociación con auténtic@s modelos, hombres y mujeres muy llamativ@s y con un estado psicosocial desequilibrado, con importantes carencias de autoestima, habilidades sociales, incapacidad en su resolución de conflictos y dificultades en el afrontamiento a problemas. Por no hablar de su inseguridad mostrada en su exhibición exagerada del cuerpo, en su capacidad de someter a humillaciones a los que tienen a su alrededor o en su falta de empatía.
La solución a esto es complicada, la cultura de la imagen está implantada en nuestro siglo XXI , pero no debemos perder el rumbo y sobre todo recordar: el contenido es más importante que el continente.
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