miércoles, 6 de agosto de 2014

ENTRE LA CORDURA Y LA LOCURA

Son tantas las ocasiones en las que las personas que sufren un trastorno de alimentación que no tienen esa pureza en su diagnóstico... Me atrevería a decir que el 80% de los clientes que acuden a nuestra consulta tienen otros problemas asociados: trastornos de personalidad, adicciones, conflictos de pareja, trastornos del estado de ánimo, abusos desde la infancia, malos tratos, trastornos afectivos, ansiedad...En fin, una amplísima variedad de sujetos y cada uno de ellos y sus familias, con un contexto totalmente diferente.

Muchas veces nos preguntan cómo resolver una anorexia, una bulimia o un trastorno por atracón (obesidad) y la respuesta es siempre la misma. No hay patrones específicos, generales, ni pautas y remedios iguales para todos. Cada familia y cada persona que acude a terapia trae su mochila llena de amistades, recuerdos, dolencias, quejas, amores, vivencias y luchas. Llena al fin y al cabo de su experiencia vital, que ha ido acumulando con el paso del tiempo.

Quiero hacer una reflexión por alguien que gana y pierde constantemente, sin criterio, que sabe lo que tiene que hacer y hace lo opuesto, que cuando hace lo opuesto se siente mal, pero si sigue el camino adecuado, se siente peor. Lo que debe, le ata, limita, impide y hace gritar; lo que le perjudica le hace sentirse viva, vacía, llena, sufre, padece y llora. Qué dilema para ella saber cuál es el camino adecuado y aún sabiéndolo, tampoco es el certero, ¿o quién lo sabe?.

A veces somos personas "cuerdas" y otras parecemos bordear la "locura".